La inteligencia artificial (IA) comenzó a colarse en nuestras vidas sin que la mayoría nos diéramos cuenta y ha logrado transformar la realidad de formas significativas e interesantes.

En este mismo momento, se encuentra en uso para filtrar los correos no deseados de las bandejas de entrada, detectar operaciones fraudulentas en las cuentas bancarias y diagnosticar problemas de salud, entre muchas otras cosas.

"Creo que un muy buen precedente en las últimas décadas es la Web", afirma François Chollet, investigador destacado de IA y autor de Keras, una biblioteca open source de redes neuronales.

Si tiene la edad suficiente para recordar la época de los CD desechables de AOL que proporcionaban conexión a la red a través de un módem telefónico, compare cómo era su vida antes y después de que se generalizara el Internet. Así será el impacto que tendrá la IA a nivel mundial; si no es mayor.

Sin embargo, con la maravillosa charla sobre la manera en que la inteligencia artificial revoluciona constantemente al mundo e influye en las personas, es fácil olvidar un aspecto aún más importante: la forma en la que nosotros transformamos la IA.

Esta tecnología es el producto de la suma de las decisiones que toman los distintos ingenieros e investigadores individuales cada día, y el impacto de esas elecciones se multiplica a medida que sus resultados se comparten con la comunidad más amplia de IA.

De hecho, el rápido avance de la inteligencia artificial en los últimos años se debe a la tendencia extendida de compartir los recursos y la información.

"El open source se ha convertido en la tecnología predeterminada de la IA. Los procesos se agilizan cada vez más porque las herramientas y los datos son más accesibles, lo cual permite que más personas puedan realizar investigaciones y experimentar con los algoritmos", afirma Chollet.

Durante los últimos nueve meses, viajamos por el país y conversamos con algunas de las personas que lideran esta revolución de la IA. Retratamos la historia de los investigadores y los ingenieros de OpenAI, una organización sin fines de lucro que cuenta con el respaldo de Elon Musk y se centra en el desarrollo de la inteligencia artificial segura y confiable con el principio de la transparencia. Luego, conseguimos el relato del director ejecutivo de una empresa emergente open source de aprendizaje automático cuyo deseo es que las empresas se interesen más en los beneficios de la inteligencia artificial para sus actividades. Finalmente, hablamos con una matemática que aboga por la diversidad y la inclusión de la IA en el futuro.

Le preguntamos a cada uno qué se sentía convertir lo que alguna vez fue el producto de las películas de ciencia ficción en una tecnología real para todo el mundo.

Jamás nos habríamos imaginado lo que nos respondieron.