Computadoras personales: La Altair 8800 y el amanecer de una revolución

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Gracias a la Altair 8800 tenemos computadoras en la mayoría de nuestros hogares hoy en día. Aunque fue una computadora que originalmente se había diseñado para los fanáticos, algunos visionarios se dieron cuenta de su gran potencial, y se esforzaron mucho para que otros lograran verlo también. Y nadie se hubiera podido imaginar los grandes avances que produciría ese diseño.

Forrest Mims, que fundó la compañía MITS junto con Ed Roberts, nos cuenta que hubo un momento en que la empresa se veía en serias dificultades, y Ed se empeñaba en salvarla. ¿Su plan? Diseñar una computadora para aficionados. Y esa computadora dio como resultado una llamada telefónica que cambiaría el curso de la historia. Dan Sokol y Lee Felsenstein recuerdan la presentación de la Altair 8800 en el Homebrew Computer Club, y la epifanía que le causó a Steve Wozniak, gracias a la cual diseñó la Apple I. Luego escucharemos a John Markoff contarnos el robo del software que sentó las bases para debatir si el código debe ser propietario o libre. Finalmente, Limor Fried reflexiona sobre la manera en que esta historia sigue influyendo en el movimiento actual de hardware de código abierto.

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00:04 - Presentadora

Cae la helada en una fría tarde de diciembre de 1974. Dos jóvenes van caminando en Harvard Square, en Cambridge, Estados Unidos. Seguramente hablan de lo que más les gusta en la vida: las computadoras.

00:19 - Presentadora

Al pasar frente a un quiosco, ven las letras azules de Popular Electronics, que se asoma entre las demás revistas, y se detienen para verla. En la portada hay una foto de una caja de metal, con unos doce interruptores y luces pequeñas en la parte de adelante. El encabezado dice: “El primer kit de minicomputadoras del mundo. Altair 8800”. La caja no parece gran cosa. Se ve muy sencilla, parece que es para los aficionados a los que les gusta armar y desarmar sus propios aparatos. Pero nuestros jóvenes vieron algo más en esa caja: vieron la computadora que estaban esperando, porque tenían el software perfecto para ese nuevo hardware. Pero también se pusieron un poco nerviosos. ¿Y si a otras personas se les había ocurrido la misma idea y ya habían empezado? Tenían que actuar rápido. ¿Pero quiénes eran esos héroes de la línea de comandos? Bill Gates y Paul Allen. Ni siquiera se imaginaban que la Altair 8800 le abriría las puertas a la revolución de las computadoras personales. Y cambiaría sus vidas, y las nuestras, para siempre. Pero esa nueva computadora hizo algo más. Con ayuda de un ladrón misterioso, se puso en marcha el debate entre el software libre y el propietario. Ya llegaremos a esa parte.

01:50 - Presentadora

En el primer episodio de nuestra temporada sobre el hardware, hablamos de las minicomputadoras de tiempo compartido, como la Eagle. En el segundo, hablamos de la mainframe GE-225. Pero ambas máquinas estaban limitadas por su tamaño, costo y capacidad de procesamiento. En este episodio hablaremos de cómo se redujo todo hasta llegar a la microcomputadora. La historia comienza con los kits para armar que se enviaban por correo a los aficionados, como el que aparecía en aquella histórica portada de Popular Electronics.

02:23 - Presentadora

Esos kits inspiraron la revolucionaria idea de que podías tener una computadora en tu propia casa, de que podía ser tuya, para hacer con ella todos los experimentos que quisieras. Y así nació un nuevo tipo de hardware destinado al mercado masivo: la computadora personal. Esto es Command Line Heroes en español, un podcast original de Red Hat.

02:51 - Presentadora

Retrocedamos hasta fines de la década de los 60. Vamos al desierto de Nuevo México, en los Estados Unidos de América, donde nació la Altair 8800. Un hombre que se llamaba Ed Roberts había fundado junto con otras personas una pequeña empresa de piezas electrónicas, MITS, que significaba Micro Instrumentación y Sistemas de Telemetría. A través de las revistas para aficionados, vendía aparatos a un nuevo mercado que estaba obsesionado con los aviones controlados por radio y los cohetes a escala.

03:21 - Presentadora

Para 1971, Ed dirigía la empresa él solo. Había decidido dedicarse a las calculadoras electrónicas, un mercado completamente nuevo en ese entonces. MITS ofrecería la primera calculadora para aficionados. Pero Ed calculó mal. Escuchemos a uno de los socios fundadores de MITS, Forrest Mims.

03:42 - Forrest Mims

Empresas como Sony, Sharp y Texas Instruments fabricaban calculadoras de bolsillo profesionales y las vendían mucho más baratas que las de Ed. La situación era pésima. Estaba casi en la ruina y no sabía qué hacer.

03:57 - Forrest Mims

Y bueno, un día se enteró de que Intel había desarrollado un nuevo microprocesador. Aparecía en la revista Electronics. Todavía me acuerdo del anuncio. Se llamaba Intel 8080.

04:09 - Presentadora

Ed consiguió un excelente descuento en una compra de microprocesadores Intel al mayoreo, porque nadie los compraba en ese momento. Y con ese microprocesador diseñó toda una computadora.

04:23 - Forrest Mims

Una noche me llamó y me dijo: “Oye, tengo un nuevo producto que quiero que veas”. Así que tomé mi bici y me fui a MITS. Me enseñó una caja azul que estaba en la mesa y me dijo: “Aquí está”. “¿Pero qué es?”, le pregunté. “Una microcomputadora”, me contestó. Le pregunté si era broma, y me dijo: “No, es una microcomputadora; Popular Electronics la aceptó y quieren un artículo sobre ella”.

04:43 - Presentadora

El objetivo de Ed era crear un kit básico para diseñar computadoras, para el mismo mercado de aficionados interesados en los aviones y los cohetes a escala. Pensaba venderlo por correo a través de la revista Popular Electronics. En el kit había una bolsa llena de piezas metálicas, y un tubo especial que contenía el todopoderoso chip microprocesador Intel 8080. Ed le puso un precio de unos 400 dólares.

05:14 - Forrest Mims

Y me preguntó: “¿cuántas crees que se vendan?”. Me puse a pensar en lo que habíamos vendido a través de Popular Electronics para hacer un cálculo, y le dije: “Uy, Ed, pues no sé. Tal vez unas trescientas, cuatrocientas...”. Y se puso muy triste. Todavía me siento culpable. Después de la publicación en la revista Popular Electronics, el estacionamiento que estaba enfrente del pequeño edificio de MITS colapsó. Vendieron cinco mil unidades de esa computadora. Se llamaba Altair 8800. El nombre se les ocurrió a los redactores de la revista. Ed no sabía cómo ponerle.

05:50 - Presentadora

La Altair 8800 era el último intento de Ed Roberts para salvar la empresa, y resultó ser la mejor decisión que tomó en su vida. En ese momento no se dio cuenta, pero había hecho algo realmente importante. Porque al vender la Altair en el mercado general, a un precio asequible, había logrado que su computadora llegara a un público que no solo se limitaba a los aficionados a la electrónica. La Altair mostró el potencial que había en un nuevo grupo de consumidores: aquellos que ni siquiera se habían imaginado la posibilidad de tener una computadora propia.

06:28 - Presentadora

Y no solo eso, una computadora propia que podrían armar y modificar a su antojo. Era el comienzo de algo muy importante. Pero todavía faltaba un ingrediente: el software. Este hardware necesitaba el software adecuado para cobrar vida.

06:51 - Presentadora

Volvamos a Cambridge, Massachusetts. Bill Gates y Paul Allen acababan de ver la Altair 8800 en la portada de la última edición de Popular Electronics. Antes de dar aquella decisiva caminata por Harvard Square, Paul había estado dándole lata a Bill con los nuevos chips de Intel, los 8080. Estaba buscando la forma de usarlos para crear software.

07:16 - Presentadora

Bill y Paul programaban en BASIC. Tal como escuchamos en el episodio anterior, si no hubiera sido por la mainframe GE-225, BASIC nunca se hubiera creado ni popularizado. Para Bill y Paul, la sencillez del lenguaje lo volvía ideal para un chip con memoria y poder de procesamiento limitados, como el 8080.

07:38 - Presentadora

Cuando vieron la tapa de la revista, y vieron la Altair armada en torno a ese chip 8080, se dieron cuenta de que podían usar BASIC para escribir el software que le daría alas a esa computadora. Así que decidieron llamar a Ed Roberts de MITS inmediatamente. Forrest Mims recuerda la llamada.

07:56 - Forrest Mims

Paul dijo: “Hay que llamar a la empresa para decirles que tenemos BASIC”, y Gates estuvo de acuerdo, pero no quería llamar él, porque su voz sonaba muy joven, y se veía como adolescente. Así que Paul Allen llamó y le dijo a Ed: “Tenemos código BASIC para su Altair”. Y Ed le contestó: “Bueno, eso me lo dice todo el mundo. Si ustedes sí tienen BASIC, necesito que me lo enseñen para poder tenerlo en cuenta”.

08:17 - Forrest Mims

Pero no tenían BASIC. Pasaron un mes usando las computadoras del MIT y de Harvard sin que nadie supiera, y desarrollaron código BASIC para la Altair, a pesar de que nunca habían visto ninguna.

08:27 - Presentadora

Bill y Paul sabían que podían programar el código para la Altair. Pero en realidad, ni siquiera habían empezado. Así que sí, trabajaron día y noche en sesiones maratónicas para adaptar BASIC a la computadora. Utilizaron las especificaciones publicadas de la Altair para crear un simulador en una mainframe DEC PDP-10. Luego desarrollaron un intérprete de BASIC.

08:53 - Presentadora

Sin un intérprete de BASIC, la Altair 8800 era prácticamente una caja de metal con interruptores y luces. No muy útil que digamos. Sin embargo, gracias a la incorporación de ese intérprete, la computadora tenía un futuro real.

09:10 - Presentadora

Apenas unas semanas después, en marzo de 1975, el código estaba listo. Paul viajó en avión a Albuquerque Nuevo México para entregarle personalmente la demo a Ed Roberts. Bill se había pasado la noche anterior sin dormir para asegurarse de que no tuviera errores. Perforó el código definitivo en una cinta de papel y se lo dio a Paul justo antes del despegue. Pero ya a 30 mil pies de altura, en pleno vuelo, Paul se dio cuenta de que se les había olvidado algo.

09:39 - Forrest Mims

Se dio cuenta de que no había desarrollado el codificador, o programa de arranque, que permite que la computadora lea el programa. Así que lo escribió en el avión. Así de inteligente era Paul Allen.

09:53 - Presentadora

Ahora sí ya estaba listo. La demostración era al día siguiente. Paul iba a probar su código en una verdadera Altair por primera vez. Vamos a escuchar a Bill Gates en un video de 1994 en que habla sobre el momento en que Paul Allen cargó la cinta de papel en MITS.

10:13 - Bill Gates

La primera vez no funcionó, quién sabe por qué. La segunda vez que la cargaron, funcionó. Obviamente el simulador es lentísimo, porque hay que darle un montón de instrucciones para que logre seguir una sola instrucción. Entonces, la computadora real, aun con un microprocesador tan sencillo y tan pequeño, era más rápida que nuestro simulador PDP-10. Aproximadamente cinco veces más rápida.

10:32 - Bill Gates

Así que cuando finalmente se cargó y apareció la palabra “Listo”, Paul escribió en un programa “Imprimir dos más dos”, y funcionó. La hizo imprimir cuadrados, sumas y esas cosas. Ed Roberts, que era el jefe de la empresa, y él se quedaron ahí sentados. Estaban impresionados de que funcionara. O sea, a Paul le sorprendía que lo nuestro funcionara, y a Ed le sorprendía que su hardware funcionara.

10:55 - Presentadora

¡Sí! El intérprete de BASIC de Paul Allen y Bill Gates funcionó de maravilla en la Altair. Fue una hazaña increíble.

11:02 - Presentadora

Ed Roberts quedó impresionado. Tan, pero tan impresionado que...

11:08 - Forrest Mims

Contrató a Paul Allen ahí mismo para que fuera el vicepresidente de desarrollo de software.

11:13 - Presentadora

Poco después, Paul Allen se mudó a Nuevo México, para incorporarse a su nuevo trabajo. Por su parte, Bill se regresó a Harvard. Porque a fin de cuentas él era estudiante.

11:23 - Forrest Mims

Pero Paul Allen convenció a Gates de volver en el verano de 1975 para trabajar con BASIC, y ahí fue cuando crearon una empresa. La llamaron Micro-soft, con guion: Micro, guion, soft. Pero al final le quitaron el guion.

11:36 - Presentadora

MITS se convirtió en el primer cliente de Bill y Paul, al que le otorgaron la licencia de su intérprete de BASIC. La empresa aceptó distribuir el código con la computadora. El software se llamaba Altair BASIC, y se convirtió en el primer software que se vendía junto con una computadora personal. Ahora solo faltaba venderlo.

11:57 - Forrest Mims

¿Qué hizo Ed? Bueno, pues compraron una casa rodante muy grande y la convirtieron en una agencia de ventas ambulante, una oficina sobre ruedas para vender computadoras. Y andaban por todo el país, se paraban en diferentes ciudades y hacían demostraciones, y eso atraía a muchísima gente.

12:12 - Presentadora

El vehículo se llamaba MITS-Mobile, y partió rumbo al oeste con su show itinerante. Recorrió la costa de California de arriba abajo, y se detenía en salas de conferencias repletas de ingenieros y aficionados curiosos. El equipo mostraba la Altair y el Altair BASIC. Y entonces, durante una parada en Palo Alto, en la sala de conferencias de un hotel particularmente llena, sucedió algo inesperado. Algo que cambió la historia del software.

12:46 - Presentadora

Bueno, un momento. Antes de que lleguemos a eso, quiero hablarles de un grupo de fanáticos y aficionados a la electrónica del área de la Bahía de San Francisco. Se hacen llamar el Homebrew Computer Club. Intercambian piezas, circuitos e ideas; básicamente, se apoyan unos a otros a medida que exploran el nuevo mundo de la computación personal.

13:11 - Dan Sokol

Todos sentíamos curiosidad. La mayoría eran ingenieros en algo. Solo había dos o tres que tenían cierto conocimiento de programación informática. Me acuerdo de una encuesta en que nos preguntaban cuántas personas tenían una computadora y cuántas planeaban comprarse una. Y estuvo muy interesante porque todo el mundo planeaba comprarse una, solo una o dos personas tenían la suya. Y la llevaban a las reuniones del club y la mostraban con orgullo. Y me acuerdo de la pregunta incómoda de la época: “¿Y qué vas a hacer con ella?” Nadie sabía qué responder.

13:46 - Presentadora

Escuchamos a Dan Sokol, uno de los miembros originales del Homebrew Computer Club. La primera reunión del club fue en un garage de Menlo Park, California, y esa reunión se realizó porque todos querían deleitar sus ojos con la Altair 8800.

14:08 - Lee Felsenstein

La noche lluviosa del 5 de marzo de 1975, unas 30 personas llegaron a un garage para poder ver la Altair, que estaba ahí esperándonos. La encendimos, pero no tenía nada con qué conectarse, así que obviamente no hizo nada.

14:22 - Presentadora

Estamos escuchando a Lee Felsenstein, otro de los miembros originales del club.

14:27 - Lee Felsenstein

Íbamos y veníamos por la habitación para ver qué podíamos aprender. Steve Dompier, uno de nuestros compañeros del club que había encargado una computadora Altair cuando se anunció en la edición de enero de la revista Popular Electronics, nos había enviado una especie de informe. Se fue en coche a Albuquerque, Nuevo México, para ver cómo iba su pedido, y nos iba informando lo que averiguaba.

14:48 - Dan Sokol

Dompier trajo una y se sentó ahí a programarla con el panel frontal de interruptores para que tocara música. Y cuando ya llevaba como una hora en eso, alguien se tropezó con el cable y tuvo que volver a empezar. Pero en ese momento, lo importante para nosotros era: “Mira, una computadora, y a tu alcance”.

15:08 - Presentadora

Pero había alguien más en esa reunión inaugural. Cuando vio la Altair se sorprendió muchísimo, pero no porque no pudiera creer que existiera una computadora como esa. Más bien todo lo contrario. Porque ya existía una computadora como esa, y mucho mejor. Él mismo la había desarrollado. Estamos hablando del joven Steve Wozniak. Un amigo lo había convencido de ir a esa reunión para que mostrara una terminal de video que había fabricado. Pero todos estaban obsesionados con la Altair. Steve nunca había oído hablar de ella. Y tampoco había oído hablar del microprocesador Intel 8080 que le daba vida. Así que se llevó a su casa la ficha técnica, y gracias a ella tuvo una revelación.

16:01 - Presentadora

Escuchemos a Steve Wozniak, “the Woz”, en un reencuentro del Homebrew Computer Club en 2013.

16:10 - Steve Wozniak

Me llevé la ficha técnica para estudiarla, y dije: “¡Ay, Dios mío, estos microprocesadores son un solo chip!”. Tenían un precio de 400 dólares. Qué miedo. Pero un chip nada más… era como las computadoras que diseñaba en papel cuando estaba en la preparatoria. Yo había diseñado una de esas cinco años antes, y había tenido que fabricar el procesador yo mismo. No existían los microprocesadores.

16:31 - Presentadora

En nuestro último episodio dijimos que Woz comenzó a escribir su propio software en BASIC, en la computadora GE-225, cuando estaba en la preparatoria. Pero desde entonces quería una computadora propia. Pero para ello tenía que incluir un lenguaje de programación, lo cual significaría dedicar al menos 4K de memoria y alguien que tecleara la entrada y salida de datos de los programas. Su computadora tenía 256 bytes de RAM de estado sólido, y los chips para eso eran muy caros. Así que diseñó un procesador y lo pulió y pulió en la preparatoria. Tenía interruptores para ingresar ceros y unos, igual que la Altair. Pero en ese momento se dio cuenta de que el microprocesador de la Altair era la culminación de su idea.

17:24 - Steve Wozniak

Aprietas los botones, uno, cero, uno, cero, uno, cero, y aprietas un botón para que entre en el registro de direcciones, y aprietas algunos más, y entra en la memoria y entra en la memoria. Y llenas la memoria… Es muy emocionante escuchar lo que logramos con la Altair, porque logramos poner música en nuestro club, pero yo estaba un paso más allá: quería una máquina lista para usarse; así que esta vez, lo que haría sería escribir los datos en un teclado, para que se fueran directamente a la memoria. Así era muchísimo más fácil. Ahí pensé: “Ay, Dios, mi sueño de tener mi propia computadora”. Esa noche vi la fórmula.

17:56 - Presentadora

Esa noche, la imagen de la Apple 1 se apareció en la mente de Steve Wozniak. Podría diseñar una computadora propia para utilizarla entera con muy poco dinero; el secreto era agregarle un microprocesador a su terminal. Y se le ocurrió que, al principio, su computadora ejecutaría un programa que captara los datos que escribieras, como una máquina de escribir. Ya sin interruptores para los ceros y unos. A eso hay que sumarle la terminal de video que había fabricado para que los programadores vieran lo que estaban escribiendo, y voilà, una computadora que se sentía más... humana. Una computadora personal útil, que podían utilizar las personas normales. Volvamos a escuchar a Lee Felsenstein.

18:42 - Lee Felsenstein

Él ya había desarrollado una especie de adaptadorcito de terminal de video; el término genérico era “máquina de escribir de TV”. Había que conectarlo a un televisor. Y cuando conoció el chip procesador, cuyo precio era de 25 dólares, se dio cuenta de que si lo ponía en una placa con algo de memoria, también podría poner esa terminal de TV en la placa, y tendría una computadora con una pantalla de video. Y eso fue lo que hizo, y trabajaba en eso mientras iba a las reuniones. Cuando nos mudamos al Auditorio del Acelerador Lineal de Stanford, se instaló en el único asiento que estaba cerca de un tomacorriente. Siempre llegaba antes que todos los demás. Estaba escribiendo el programa de BASIC para la Apple 1. Allí fue donde dio nacimiento a la familia de computadoras Apple.

19:34 - Presentadora

Cuando Woz terminó de desarrollar su computadora, estaba ansioso por enseñársela a todos los del club. Les explicó que un puñado de chips podría lograr que una computadora personal fuera asequible. Woz era un gran defensor de la libertad de la información, que implicaba compartir los conocimientos para ayudar a diseñar mejores sistemas y una mejor sociedad. Eso reflejaba los valores abiertos del club y los movimientos de liberación social de la época.

19:59 - Presentadora

Al final de la reunión, les entregó a todos los planos de su diseño, el hardware y el software, gratis. Creía que cada miembro podría usarlos para diseñar su propia computadora, con un costo de 300 dólares. Pero el amigo y socio de Woz, un tal Steve Jobs, le sacó esa idea de la cabeza rápidamente. La verdad era que Jobs había estado de viaje todo ese tiempo y no sabía que Woz estaba regalando el diseño de la Apple 1. Jobs no compartía la mentalidad abierta y entusiasta de Woz. Él se inclinaba más bien por el modelo propietario. Jobs pronto convenció a Woz de que debían vender las computadoras en vez de regalarlas.

20:42 - Presentadora

La lucha ética entre la tecnología libre y la propietaria apareció más de una vez en el Homebrew Computer Club. De hecho, unos meses después de esa reunión inaugural del club, en la que todos se quedaron boquiabiertos con la Altair, hubo otra que encendió la mecha de ese debate en el auditorio del Centro del Acelerador Lineal de Stanford. Al final de esa reunión, decenas de espectadores corrieron al escenario para recoger un programa en cinta de papel: eran copias recién hechas del Altair BASIC de Microsoft, el nuevo software con el que todos estaban entusiasmados.

21:21 - Presentadora

Pero, ¿cómo era posible que existieran esas copias? ¿Cómo terminó el software en esa reunión del Homebrew Computer Club, si ni siquiera lo habían presentado oficialmente? Resulta que alguien se había robado la cinta original. Fue el gran robo de software de la década.

21:44 - Presentadora

Sí. Vamos a averiguar cómo sucedió todo esto. ¿Te acuerdas de que el MITS-Mobile viajó al oeste para mostrar la Altair y el Altair BASIC?

21:54 - John Markoff

El 10 de junio de 1975, la empresa estaba en Palo Alto, California, para hacer una demostración de la computadora y el software.

22:03 - Presentadora

Vamos a escuchar a John Markoff, periodista del New York Times.

22:06 - John Markoff

El hotel se llamaba Rickey's. Recordemos que en ese entonces no existía la industria de las computadoras personales, y que la mayoría de las personas interesadas no eran empresarios, porque de hecho no existía software comercial, así que le estaban mostrando la computadora a un grupo realmente ecléctico. En ese entonces, muchas de las personas de la nueva Silicon Valley eran... eran ingenieros eléctricos, programadores... A mucha gente le interesaba la tecnología y las computadoras.

22:39 - Presentadora

Durante la demostración, a uno de los miembros del equipo de MITS le estaba costando trabajo cargar el software en la computadora. Hay que recordar que, en esa época, el software se perforaba en una cinta de papel y la cinta debía pasar por un lector mecánico para instalar el programa. Entonces, en un momento en que todo el mundo estaba boquiabierto con la nueva y reluciente Altair, el empleado que iba a cargar el programa se distrajo y alguien de la multitud se fijó en otra cosa: una caja de cartón que estaba ahí cerca, y la oportunidad de su vida. En esa caja estaban los rollos de Altair Basic en cinta de papel. Así que metió la mano en la caja y tomó un largo rollo de cinta de papel. Se lo metió en el bolsillo y se fue. Nadie lo vio.

23:36 - John Markoff

De alguna manera esa cinta de papel llegó a Dan Sokol, que era ingeniero de semiconductores y trabajaba en una empresa que se llamaba Signetics. Tenía muchos conocimientos técnicos y también había asistido a las reuniones originales del Homebrew Computer Club. Tenía acceso a una copiadora de cinta de papel que funcionaba a una velocidad relativamente alta, e hizo un montón de copias. Hasta el día de hoy, insiste en que él no tomó la cinta de papel original, sino que recibió una copia y luego la llevó a la siguiente reunión del Homebrew Computer Club y la distribuyó entre los miembros.

24:17 - Dan Sokol

Entre mis malévolas actividades, se me conoce como el primer pirata de software del mundo, y por una muy buena razón. Yo fui el que sacó las copias de la cinta de papel del BASIC de MITS, o sea, de Microsoft BASIC. Y todo fue porque alguien del Homebrew Computer Club preguntó: “¿Hay alguien que tenga la posibilidad de copiar cintas de papel?”. Y yo levanté la mano, y así fue como terminé con la cinta y la copié.

24:45 - Presentadora

Lee estaba en la reunión del Homebrew Computer Club en que Dan repartió las copias piratas.

24:51 - Lee Felsenstein

Lo que pasó es que Dan Sokol hizo diez copias, y en la siguiente reunión y dijo: “Aquí hay copias del Altair BASIC. Pero ahora traigan más de las que se llevan”.

25:02 - John Markoff

El acuerdo era que si te llevabas una copia, tenías que hacer otra copia y dársela a un amigo. Eran cuestiones que nadie conocía. En aquella época no había empresas de software para las computadoras personales, así que era territorio desconocido, y en ese momento las personas vendían computadoras y compartían el software.

25:19 - Presentadora

Estamos hablando de 1975, y el software era simplemente lo que se usaba para que funcionaran las computadoras. La computación personal era un concepto completamente nuevo. En ese entonces, la palabra “hacker” no tenía todas las connotaciones de hoy en día. Lo que querían los hackers era compartir su trabajo para fomentar una comunidad abierta en que hubiera un libre intercambio de ideas y de software. El robo y la distribución de las cintas prepararon el terreno para un debate que aún resuena en la actualidad. ¿El software se debe distribuir libremente o se debe comprar y vender? Bueno, Bill Gates obviamente tenía una opinión sobre el asunto. Cuando se enteró de lo que había ocurrido con su software, se puso furioso.

26:03 - John Markoff

Cuando se dio cuenta de que los aficionados se estaban pasando BASIC unos a otros, les escribió una carta en que los acusaba de robarle su software y de evitar que se ganara la vida.

26:18 - Lee Felsenstein

Pues sí, recibimos la carta. La leímos en la reunión y había una parte que decía: “Nos costó mucho dinero desarrollarlo. Gastamos casi 40 mil dólares en tiempo de utilización de las computadoras”. Todos los que estábamos ahí sabíamos que eso del dinero por el uso de las computadoras era una farsa. Era simplemente un truco contable. No había que pagar dinero contante y sonante, y nosotros lo sabíamos, así que pensamos: “Quéjate todo lo que quieras. Nosotros lo vamos a seguir distribuyendo”.

26:45 - Dan Sokol

Nos dijo piratas, ladrones... Intentamos ser razonables y racionales, y explicarle que no puedes vender en 400 dólares el software para una computadora que cuesta 400 dólares. Ahora, actualmente es muy difícil mirar hacia atrás para tratar de explicar esa mentalidad de trabajo, que era la mentalidad de las minicomputadoras; las minicomputadoras se utilizaban en la industria, y nosotros solo éramos un grupo de aficionados que fabricábamos nuestras propias computadoras con esos kits. El único software funcional era ese intérprete de BASIC, que prácticamente hacía las veces de sistema operativo. En 1974 las computadoras personales no tenían sistema operativo. Pero no lográbamos comunicarnos con Gates. No podíamos explicárselo, decirle: “Véndenos el manual en 100 dólares y déjanos el software”. Él no quería ni pensarlo, así que durante muchos años el software de Microsoft era demasiado caro y se pirateaba, se pirateaba mucho.

27:51 - Presentadora

Los miembros del club decidieron no hacerle caso a la carta. Porque en 1975, las leyes de derechos de autor no cubrían el software. No había ninguna sanción por copiar el software de una cinta de papel a otra. En 1977 eso cambió, pero durante dos años, no se infringió ninguna ley.

28:12 - John Markoff

Obviamente la ironía era que Bill Gates no había creado BASIC. Simplemente sacó una copia que había tomado del diseñador original, que era uno de los profesores de la Universidad de Dartmouth; básicamente hizo una copia y luego la vendió, así que la raíz de todo era la idea de compartir.

28:31 - Presentadora

El robo, la cinta, la idea de compartir, la furia de aquella carta... Todo eso generó una guerra que duró varias décadas entre la floreciente industria del software y aquellos a los que se les consideraba piratas; pero de esa lucha nació el movimiento del software open source. Sus valores fundamentales son los mismos que los de los primeros aficionados, que gestaron la revolución de las computadoras personales porque sabían que la clave para el futuro de la computación personal está en liberar el potencial del software.

29:07 - Lee Felsenstein

El proceso de distribuir las cintas y motivarnos a diseñar cosas nuevas a partir de los resultados de los demás es lo que realmente hizo surgir la industria de las computadoras personales.

29:17 - Presentadora

Pero nunca dijimos quién fue el ladrón original, el que se escapó con esa preciada cinta de papel. Pues no lo dijimos porque hasta el día de hoy es un misterio. Quienes lo saben prefieren guardar el secreto.

29:32 - Dan Sokol

En cuanto a cómo se liberó, por decirlo así, sí sé quién lo hizo pero no lo voy a decir nunca porque desde hace mucho tiempo esa persona pidió permanecer en el anonimato, porque es más seguro. Y yo siempre he respetado eso y lo voy a seguir respetando. Así que no, yo no estuve en Rickey's, pero la cinta de papel logró llegar a mis manos.

30:01 - Presentadora

Con el tiempo, la revolución de las computadoras personales dio paso a Silicon Valley y a muchísimas startups de tecnología respaldadas por capital de riesgo, pero los fanáticos y aficionados a la electrónica nunca dejaron de existir. De hecho, han cobrado más fuerza que nunca.

30:20 - Limor Fried

Hola, me llamo Limor Fried; soy ingeniera principal y fundadora de Adafruit Industries.

30:26 - Presentadora

Adafruit es una empresa de hardware open source, y forma parte de una nueva revolución que comenzó hace poco: el movimiento del hardware open source, que comparte los valores de los primeros aficionados. Pero va todavía más allá.

30:43 - Limor Fried

Creo que la filosofía del Homebrew Computer Club era que iban con su computadora, y les enseñaban a los demás algo que habían logrado, y todos se quedaban como: “Ay, guau, qué maravilla. Bueno, pues el próximo mes tengo que traer algo mejor”. Y ese es un ciclo muy positivo que genera innovaciones tecnológicas muy buenas. Creo que esa filosofía hacker todavía existe. Actualmente la gente tiene más formación, así que la idea de lo que es una “maravilla”... no voy a decir que ha mejorado, pero se ha ampliado, y yo creo que eso es muy bueno. Pero creo que el valor de compartir el conocimiento sigue ahí, la idea de ayudarse mutuamente, trabajar juntos y cooperar... Eso ha permanecido. O sea, está presente en toda la comunidad open source.

31:32 - Presentadora

Vamos a dedicarle todo un episodio a la aparición del movimiento del hardware open source, para ver cómo hemos evolucionado y cómo les hemos dado espacio a los fabricantes modernos como Limor Fried. No te pierdas el sexto episodio, dentro de unas semanas. Pero en el próximo episodio vamos a hablar de los discos que cambiaron el mundo: los disquetes.

31:56 - Presentadora

Command Line Heroes en español es un podcast original de Red Hat. Si quieres leer investigaciones excelentes sobre la revolución de las computadoras personales, visita redhat.com/commandlineheroes. Y si quieres saber lo que sucedió durante la revolución de las computadoras personales, escucha los primeros dos episodios de la primera temporada de Command Line Heroes para conocer toda la historia: La guerra de los Sistemas Operativos. Hasta la próxima, sigan programando.

Material Adicional

First Invite to the Homebrew Computer Club by Fred Moore

The Altair story; early days at MITS by Forrest M. Mims III

WIRED article on the Altair by Randy Alfred

Video: Demo of the Altair by Don Russ

PC Mag article on Altair by Michael J. Miller

Command Line Heroes logo

Sobre el podcast

Command Line Heroes en español cuenta las épicas historias reales de cómo los desarrolladores, programadores, hackers, geeks y rebeldes de código abierto están revolucionando el panorama tecnológico. Presentado por Red Hat, este podcast se basa en el galardonado programa en inglés del mismo nombre.

Presentado por Red Hat

Durante 25 años, Red Hat ha llevado tecnologías de código abierto a la empresa. Desde el sistema operativo hasta los contenedores, creemos en la construcción conjunta de una mejor tecnología y celebramos a los héroes anónimos que están reinventando nuestro mundo desde la línea de comandos.